LA CASA CONTROLADA
El WeMo, de la empresa Belkin, permite activar
desde una tableta las luces o la calefacción de la casa.
El concepto del hogar interconectado lleva años en
boca de los empresarios de tecnología y no ha llegado el día en que podamos
hablarle a nuestro lavarropas o tener una lista del supermercado
automáticamente hecha por nuestra heladera. Pero estamos más cerca, a juzgar
por lo visto en este CES.
La empresa Belkin llamó la atención con su solución
WeMo, que permite activar desde una tableta (y desde cualquier lado del mundo)
las luces o la calefacción de la casa y controlar sensores de movimiento,
incluido un monitor sonoro para el cuarto del bebé que “habla” directamente con
el celular de sus padres. Pero, en breve, también tendrán conexión las
cafeteras, licuadoras y ollas eléctricas: esta compañía californiana ha firmado
un acuerdo con un fabricante de electrodomésticos y éstos saldrían a la venta
antes de fin de año.
También LG se destacó en este rubro, con una línea
de lavarropas y aspiradoras que no sólo pueden sincronizarse con un celular
sino también con la pantalla de TV. Y la heladera inteligente tiene
aplicaciones para calcular la dieta de cada persona de la casa o para recordar
las fechas de vencimiento de los productos que conserva.
En tanto, el primer horno que funciona con el
sistema operativo Android –el mismo de teléfonos y tabletas- fue de la firma
Dacor: tiene procesador de 1GHz, WiFi y un display para buscar recetas
en internet, con las que luego el superhorno ajusta su tiempo y
temperatura de cocción.
Esta tableta flexible es apenas más gruesa que un
papel y puede enrollarse.
Para algunos, es el futuro de la computación
portátil y tiene un tamaño apto para la cartera de la dama o el bolsillo del caballero:
una tableta flexible que es apenas más gruesa que un papel y puede enrollarse.
La llamada PaperTab es el resultado de una
colaboración entre el gigante de los procesadores Intel, la firma británica
Plastic Logic y la universidad canadiense Queen's y, al sostenerla en mano, se
siente como una hoja de papel plastificado. El material es sensible al tacto y
la superficie de visión –lo que equivaldría a la pantalla de una tableta
normal- es de 10,7 pulgadas, una más que el iPad.
La flexibilidad del material permite, por ejemplo,
doblar la pantalla para pasar las páginas de un documento. Pero no se trata de
una tableta única, sino de un conjunto de láminas electrónicas, cada una de las
cuales abre una sola aplicación: están pensadas para usarse de a varias, como
si fueran hojas de papel sobre un escritorio (o ventanas de Windows) que el
usuario consulta según necesite.
Los expertos no se han ahorrado elogios: sugirieron
que, de triunfar en el mercado, este producto "cambiará para siempre
nuestra idea de qué es el papel".


pero se suponia que debia salir hace 5 años, ni idea de proque tardaron tanto en perfeccionarla
ResponderEliminaral menos las pantallas plegables